lunes, 3 de junio de 2013

“Donde tus sueños te lleven”

 
Desde que llegué hace ya casi cuatro años al centro de Baena, siempre rondaba en mi una idea, un sueño, hacer un intercambio. Algunas veces la cosas no son tan fáciles hacerlas, requiere de un trabajo, el cual no se ve, que es quizás el más exigente y sobre todo que crean en tus ideas. Pero debo de reconocer que siempre desde mi centro me han apoyado, Antonio, Ramón, Tomás y A. Ramos, no han dudado en aquello en lo que yo creía. Pero claro, para hacer un intercambio necesitamos un centro con el que hacerlo, Nuria Burgado con Zer Baridà-Batllia y sus maestras han creído en esta idea. La relaciones nacen desde que yo entro en la Montaña, conozco a gente y como no, sigo al deportista más grande en montaña Kilian Jornet hijo de Nuria. El facebook hizo la otra parte, no sabía que pedirle petición de amistad era algo que perduraría en el tiempo y continuaría con esta actividad que ya si podemos decir que ha sido todo un éxito. Todo ha salido a la perfección, las actividades llevadas a cabo en Baena y en los Pirineos han sido de un gran enriquecimiento tanto a nivel educativo, personal y afectivo. Las familias de los dos lugares han prestado a los alumnos todo aquello que tenían, con una dedicación y cariño que fue transmitido en todo momento a todos aquellos que nos encontrábamos cerca. Pero para hablar del viaje, podemos empezar a comentar desde que llegamos a Valencia. En el Oceonografic disfrutaron de todo tipo de especies marinas y de un espectáculo de delfines que fue muy sorprendente, en el cual, los niños cada salto que veían era un yeeee!!!!!! Continuamos en dirección al parque Gulliver donde se tiraron por todo los toboganes que había, disfrutando entre subidas y bajadas de unos dulces que nos habían regalado las familias de Baena. Después, como siempre con prisas, nos dirigimos al autobús para continuar una charla muy enriquecedora con Javier Iriondo “Donde tus sueños te lleven” en el puerto de Valencia con un atardecer de fondo. Y en nuestro microbús (pero micro!! micro!! ) con Anselmo y Rafa al volante, nos dirigimos a Ribes de Freser. Allí amanecimos y cruzamos la calle para desayunar en el Bar Gusi con mi amigo David, un lugar que es la entrada al pirineo, en el cual sus paredes están llenas de fotos de montañeros y deportistas, rindiendo un rincón a Kilian. Ya en la estación de Ribes, esperamos a nuestros hermanos de los pirineos, para recibirlos y marcharnos en el tren cremallera al Vall de Nuria a 2.000 m de altitud. Todo salió genial, las familias, el monasterio, las barcas, el telecabina, la comida, disfrutamos de un buen día de montaña. Para resumir el resto de días los voy a enumerar, gymcana en el pueblo de Montellà y LLes a los pies del Cadí y Tossa Plana, talleres científicos, artísticos e inglés, visita al museo de Puigcerdà donde disfrutamos de la historia del valle de la Cerdanya, comida en la sede social de Montellá, patinaje sobre hielo (caída tras caída pero muy felices), piscina cubierta, comida en el lago de Puigcerdà donde un niño de Baena cayó al lago (solo podía pasarnos a nosotros, jejeje) bosque suspendido (en la estación de esquí de la Molina ) nevazo cuando los niños estaban en los árboles recordándolo con muchas risas y felices por ver la nieve en el Pirineo, Barcelona en el Parque Guell y en la Sagrada Familia donde nos sorprendieron las grandes obras de Gaudí y la despedida, bueno mejor dicho, hasta pronto. Los sentimientos y emociones que surgieron en estos días fueron algo que no se puede expresar con palabras, solo decir que estoy muy orgullo de nuestros alumnos, de haber sido capaz de afrontar una nueva aventura en sus vidas, de ser más maduros, de ver en el viaje la posibilidad de conocer una nueva cultura, simplemente por ser como son en cualquier lado se en los pirineos o en China, ellos no lo saben, pero yo soy muy feliz cuando a ellos los veo felices. Una pena, que solo haya podido estar al 70%, debido a una gripe que he pasado en esa semana, pero quizás la
cura no fuera los medicamentos sino verlos a ellos disfrutar. Se que para algunos esto solo era una idea de Carlos, de ese profesor que se sienta en una pelota de pilates en clase, del que no para de hacer deporte, pero creo que la capacidad de que nuestros alumnos vean en nosotros una persona en la que se puedan reflejar, es algo que hacen de nuestra profesión sentirnos muy orgullosos, aportándole con viajes como este, algo más que el temario de un libro o las horas de clase. Gracias, mil gracias a todos por apoyarme.